1984-4891
- montse52
- 15 feb 2015
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El profesor Darkgray se acercó a ella cuando todavía estaba observando por el transparente monitor que tenía ante sus ojos, los datos que hacía pocos minutos acababa de insertar.
- Aline ¿Cómo van esos cultivos?
- Las moléculas de Tierra 4891 están evolucionando con respecto a mis cálculos, incluso después de la ligera variación que he observado hace apenas un minuto.
- ¡Excelente! Así que ha habido una variación.. Umm! ¿Ha registrado todas las variables? - le pregunta mientras da vueltecitas circulares a sus conectores - No deje de hacerlo por pequeñas e insignificantes que le parezcan, piense que cualquier cosa puede ser de gran importancia.
Le molestaba que la tratase como a una niña, pero no se atrevió a decir nada.
Drakgray era toda una eminencia en el laboratorio, sus trabajos y evaluaciones eran indiscutibles, lo que le habían llevado a una posición de privilegio, a pesar de su tendencia conservadora, una tendencia que ella no compartía pero que respetaba.
- Sí, sí, profesor, todo está registrado. De hecho acabo de introducir los datos del último intento autodestructivo producido, apenas perceptible y totalmente frustrado.
- Está haciendo un buen trabajo, Aline - hace una pausa y mira el panel de control. Su sensor hace una interferencia emitiendo un desagradable zumbido que pronto desaparece - Este cultivo es muy inestable - dice.
- Sabe, profesor, no deja de sorprenderme el comportamiento de las partículas ¡Con lo bien que iban al principio! - exclama ella con cierta resignación.
- ¿Le ha cambiado la fecha de caducidad?
- Sí, yo misma volví a reprogramar el cultivo, ahora el minuto de caducidad máxima posible es 4891.
-Explíqueme eso - dice el profesor al observar que los hermosos ojos rojos de Aline se dilataban de la emoción.
No había nada más estimulante para el profesor que ver la fascinación que sienten los jóvenes ante el descubrimiento de fenómenos poco habituales. El mismo, de joven, había sido así y se veía reflejado en Aline. Cuando la vio por primera vez examinando el cultivo Tierra, después de haberla integrado en su equipo del laboratorio, supo que sería ella, y sólo ella, la que conseguiría hacerlo prosperar.
- Cuando se gestó este cultivo en la galaxia Vía Láctea, lo llamamos Tierra. Después de someterlo a un clima de atmósfera y otras condiciones abióticas, se observó el primer indicio de vida en Tierra.
-¡Ah, Tierra, ese hermoso cultivo azul!
Aline hizo caso omiso de la exclamación del profesor y siguió exponiendo el proceso.
-En ese inicio lo denominamos Tierra 4000Mm, que eran los millones de minutos máximos que le dábamos de existencia al cultivo.
Fue progresando favorablemente y se inició su cuenta atrás. Se aplicó un proceso de ultracongelación, entre los 750 y 580Mm, cuyo resultado provocó que se destruyeran algunos organismos moleculares, quedando en el cultivo pequeñas colonias de organismos dotados de células especializadas.
- Recuerdo la estúpida teoría del doctor Halsdertein - exclamó - ¡Él y sus intervenciones han conseguido aniquilar más de un cultivo!
- Pero es posible que gracias a esa ultracongelación los organismos supervivientes se hicieran más resistentes –le indicó Aline que, ante la mirada metálica del profesor, continuó con la síntesis – El caso es que, en 65Mn, aparece un organismo pluricelular que acaba por dominar al resto y que hasta es capaz de comunicarse. A partir de la observación de su evolución, el doctor Halsdertein y yo llegamos al punto de entender su sistema de comunicación y descifrarlo.
- Sí, sí, leí el informe –dice escuetamente- Poseen una forma de inteligencia rudimentaria, pero no deja de ser interesante. Siga, Aline, aún no me ha explicado por qué tantos cambios en la fecha de caducidad.
Ella deduce que ha desviado el tema, al parecer al profesor sólo le interesa el aspecto científico del cultivo, que para él no es más que uno de los miles que se estudian en el laboratorio, mientras que a ella le fascina el trabajo que ha realizado junto con el doctor Halsdertein, sobre el mecanismo creativo y comunicativo de esos organismos que se llaman a sí mismos humanos.
- Precisamente se reestructura su nombre en la conclusión del informe –Aline hace una pausa y sigue- En su primaria capacidad intelectual hay que destacar la importancia que otorgan al hecho de que existe algo o alguien superior que les guía y les observa, desde casi el principio de toda su evolución. Se han reproducido rápidamente, aunque desarrollándose en distintos núcleos, unos más avanzados que otros, pero todos ellos marcan una pauta temporal en base a la observación del exterior y que coincide, en cierta medida, con la nuestra.
- En conclusión – dice el profesor, son signos de impaciencia.
- Que cada minuto es para ellos un año. Adaptamos el cálculo, con un ligerísimo ajuste y pasó a llamarse Tierra 1984.
- ¿Y por qué 1984?
- ¡Ah, es una pequeña broma del doctor Halsdertein! – contesta sonriendo – según él, hay un escrito que lleva ese título y que difunde la teoría de que en un futuro el cultivo estará siendo observado por un ser supremo y totalitario.
El profesor volvió a sentir el zumbido del sensor, era algo que le resultaba tan desagradable como las desvariadas teorías del doctor y por eso exclamó molesto: ¡Es ridículo!
- ¡Oh, no! –se apresuró a contestar ella- Cuando se redactó el informe fue precisamente ese minuto el que coincidía con la fecha de caducidad que acabábamos de calcular ¡fue tan increíble!
- Siga, siga –le dice el profesor, al darse cuenta de que Aline se había detenido y temía que estuviera fantaseando con la tesis del joven Halsdertein, algo que por otra parte era de esperar. Halsdertein podía impresionar a los jóvenes de su laboratorio, pero no a él, que sabía de la existencia de otros cultivos similares en su laboratorio, otros universos paralelos, dentro de multiversos jerárquicos que conformaban la teoría del todo.
La teoría del doctor Halsdertein se basaba en que una leve manipulación en alguna de las variables de los universos paralelos o alternativos, que están interconectados entre sí, podía llevar a cambiar los niveles de la expansión cósmica. Si eso fuera así, el concepto de que los universos son estáticos, quedaría aniquilado y el Multiverso en donde se hallan, dejaría de serlo.
Hay cuatro niveles jerárquicos en los Multiversos y dado que los niveles I, II y III tienen leyes fundamentales invariables, mientras que en el nivel IV todas sus leyes son variables, cualquier alteración en uno de los primeros niveles acarrearía graves consecuencias. Así la teoría del todo, que dice que cualquier universo imaginable puede pertenecer al nivel IV y por tanto no hay más, no hay nivel V posible, se vendría abajo y ellos, que se hallan en ese nivel IV, sólo serían un eslabón más de la cadena infinita, mucho más allá de lo imaginable.
En la última asamblea del Consejo Multiverso había dejado muy clara su postura en contra de dicha teoría, no obstante le dieron permiso al joven doctor para hacer un seguimiento de algunos de sus cultivos del laboratorio. Debía vigilar muy de cerca a sus colaboradores, y en especial a Aline, para que no se produjera ninguna alteración, porque estaba convencido de que Halsdertein no se contentaba con ser un simple observador.
El profesor Drakgray se hallaba en esas cavilaciones, mientras que Aline seguía contándole el proceso del cultivo.
- Observamos que un grupo de organismos en su desarrollo empezó a emitir gases contaminantes que aumentaban progresivamente – continuó diciendo Aline.
- ¿Cómo si quisieran destruir el medio que las envuelve? – le interrumpió el profesor.
- En efecto, su nivel de autodestrucción llegó a límites tan extremos que el cultivo peligraba. Entre el minuto 1950 y 1960Mm, surgió una transformación y el comportamiento empieza a extenderse, formándose tres grupos: Uno que sigue el ciclo inicial evolutivo, el segundo grupo que son los organismos contaminantes y un tercer grupo que intenta escapar del recinto molecular, en busca de una alternativa o de una respuesta.
- Ummm, muy interesante - dice el profesor, fascinado - ¿Ha probado su reactividad en la cápsula de medición cuántica?
- Si, y el grado está dentro de lo normal en los tres grupos.
- ¿Ha mirado las conexiones de los puentes de hidrógeno?
- También y he comprobado la disposición secuencial de las cuatro bases de la cadena nucleótida sin encontrar nada que no entre dentro de la normalidad.
- Dígame, Aline ¿Cuál es su apreciación del estado actual?
- Advierto una ligera unión entre el grupo primitivo y el expansivo - contesta ella, entusiasmada – lo que podría significar una regeneración de todo el cultivo. Si eso fuera así, esos organismos unificados lograrían erradicar a los del grupo autodestructivo y el cultivo volvería a la normalidad. ¿No le parece fantástico?
- Siento desanimarla, Aline, pero yo no soy tan optimista - contesta el profesor - Piense que tan sólo que reste un único organismo dañado éste se propagaría y produciría, tarde o temprano, la extinción del cultivo.
- Según mis últimos cálculos, ahora es Tierra 4891 – el profesor la mira en silencio - No cree que el cultivo sobreviva ¿verdad, profesor? - dice Aline con su metálica voz entristecida.
- Sinceramente no. Sin embargo, a la vista de sus cálculos, excelentes y meticulosos, no descarto que pueda existir una pequeña posibilidad. Siga con sus observaciones y recuerde que su misión es única y exclusivamente la de ser el ojo que todo lo ve - el profesor hace una pausa y añade - Aline, hace muy bien su trabajo, así que no se le ocurra ir más allá de sus funciones o cometer alguna imprudencia.
- ¿Por qué dice eso, profesor? ¿No creerá que yo..? ¡Oh, no! - exclama ella - en ningún momento he pensado hacer ningún tipo de manipulación.
- Bien, así debe ser, observar y constatar es su misión. El cultivo debe evolucionar por sí mismo sin alteraciones externas, obsérvelo y manténgame informado - el profesor se sube a la pasarela ultrarápida para seguir con su recorrido por el laboratorio y desde allí le lanza una última frase -Aline, usted y sólo usted es el ojo que todo lo ve, no lo olvide.
En apenas un segundo el profesor ya había desaparecido del laboratorio y Aline vuelve a conectarse con sus sensores oculares al panel, inquieta por la advertencia del profesor, para darle un último repaso al cultivo antes de acabar la jornada.
Lo sabe, estoy segura de que lo sabe - se dice a sí misma.
Aprecia que las moléculas del grupo 1 y 3 han incrementando y dispara el procesador para anotar los datos mientras intenta no pensar ¿Y cómo lo sabe? ¿A través de sus conectores encefálicos? ¿O tal vez ha sido el mismo Halsdertein quien se lo ha contado todo?
Una vez anotados los datos, Alice se desconecta del sistema, hace girar su sillón amarillo y se pone en pie. Camina lentamente por el laboratorio blanco y luminoso, mira a un lado y a otro y ve la larga fila de posicionamientos como el suyo que lo configuran. Observa a los compañeros que están conectados a los paneles y se pregunta hasta que punto saben lo que ella sabe y hasta que punto se sabe todo de todos…
¡Saben lo que pienso! Siente un desasosiego y lo único que desea es salir de allí cuanto antes, pero sigue caminando despacio, incapaz de lanzarse a correr, absorta en sus pensamientos, aunque sabe que debe procurar no ejercitar el doblepensar si quiere seguir colaborando en el laboratorio Multiverso.
Conoció al doctor Halsdertein gracias al programa de seguimiento de cultivos del profesor Darkgrey, en una breve introducción que les dio a ella y a otros cinco compañeros más, escogidos por el propio profesor Darkgrey. Era joven, dinámico y atractivo, por lo que la idea de trabajar con él la entusiasmó.
Llevaban tres días de trabajo cuando salió a su encuentro en el abarrotado vestíbulo, con la tarjeta de identificación aún colgada en su traje anatómico de color gris y una escueta sonrisa. La invitó a tomar un jugo vitamínico en un local cercano y allí le habló de los universos paralelos, de las interconexiones entre ellos y de lo importante que eran los cultivos para entender que el multiverso podía ir mucho más allá de lo que hasta ahora conocían.
Tierra, ese increíble cultivo azul que le habían asignado la tenía fascinaba, de un modo que iba más allá de las puras observaciones científicas del profesor y algo más cerca de las teorías de Halsdertein y naturalmente compartió esa fascinación con él. Estudiaron el fenómeno “humano” lo analizaron y sintetizaron, observaron y verificaron, de forma aislada y conjunta, compartiendo resultados e impresiones en estrecha colaboración.
Como encargada de llevar a cabo todas las anotaciones del cultivo, la curiosa coincidencia del increíble descubrimiento de Halsdertein de ese escrito humano, 1984, con el momento que el cultivo iniciaba un proceso de autodestrucción, y la adaptación de esa fecha a la del cultivo mediante una argumentación más filosófica que científica, en la que ella también intervino en un principio, la hicieron sospechar que era posible que el propio Halsdertein hubiera manipulado el cultivo en su ausencia.
Redactó el informe que debían presentar al Consejo Multiverso, dotándolo de unas explicaciones científicas creíbles que dieran consistencia a las teorías de Halsdertein, lo que la convertían en su cómplice en el caso de que hubiera habido alguna manipulación, por eso a partir de entonces empezó a hacer sus comprobaciones y guardarse para sí sus propias teorías.
En sus investigaciones, Aline llegó a descubrir que bastaba un simple monómero añadido a los miles de la cadena secuencial para evitar la extinción del cultivo Tierra. ¡Habría sido tan fácil!, pero no lo hizo, por lo menos no entonces y durante un tiempo se limitó a estar en estado de alerta.
Hasta hoy.
Hoy se había sentido más observada y decepcionada que nunca. Convencida de que Halsdertein había manipulado el cultivo, las acusaciones del profesor se lo acababan de confirmar, acusaciones que sin duda habían sido provocadas por el propio Halsdertein, la marcaban como única culpable si el cultivo se autodestruía. Envuelta en una falsa acusación, sólo le quedaba una salida: volver a reactivar el cultivo.
Incluyó un monómero al cultivo justo antes de que el profesor Darkgrey se acercara a ella, mientras anotaba los primeros síntomas. Ahora, ya fuera del laboratorio, cruza el vestíbulo y se dirige a la salida del Multiverso, sin prisa, tranquila y sin mirar atrás porque sabe que todo irá bien. Tierra seguirá evolucionando y ella estará allí viéndolo.
Ella no era el ojo que todo lo ve, o por lo menos no era la única. Ella también estaba observada por otro ojo superior y se preguntaba si a ese ojo también lo observaban desde fuera del multiverso conocido, lo mismo que ella observaba a las partículas de Tierra que a su vez se sentían observadas... en una espiral infinita.
*Nota de la autora (o sea, mía) : Relato de ciencia ficción inspirado en la obra 1984 de George Orwell. Los datos científicos son imaginarios, la asignatura de física y química nunca fue mi fuerte.